Tras su exitosa gira en EE.UU., la diva ecuatoguineana brilló en una velada dedicada a la mujer africana
Si hay una artista que sabe conquistar corazones dentro y fuera de Guinea Ecuatorial, esa es Nélida Karr. La talentosa cantante, que acaba de cerrar su espectacular gira en Estados Unidos con dos conciertos en el histórico teatro Asolo, en Sarasota, Florida, volvió a emocionar al público en un evento muy especial celebrado este 3 de marzo en Malabo.

La cita tuvo lugar en la sala de eventos del lujoso Hotel Anda China, donde se desarrolló la conferencia “El poder de la mujer africana: equilibrio entre la profesión y la familia”, impartida por la reconocida escritora, comunicadora y exministra de Cultura, Guillermina Mekuy Mba Obono. Un encuentro que reunió a mujeres influyentes de distintos sectores para debatir sobre los desafíos y oportunidades en su camino hacia el crecimiento personal y profesional.
Pero la gran sorpresa de la noche llegó cuando Nélida Karr subió al escenario, regalando a los asistentes una actuación llena de magia y sentimiento. Con su imponente voz y su inigualable talento musical, la estrella ecuatoguineana dejó a todos sin aliento, demostrando una vez más por qué es una de las figuras más queridas y respetadas de la música nacional.
Nélida, que ha arrasado con su nuevo álbum “Mil Maneras”, sigue acumulando éxitos y cosechando elogios allá donde va. Su capacidad para mezclar ritmos africanos con influencias globales la ha convertido en un referente dentro y fuera del continente, y su paso por Estados Unidos no ha hecho más que consolidar su estatus de estrella internacional.
El evento no solo fue una oportunidad para hablar sobre el empoderamiento femenino, sino también para celebrar el talento y la fuerza de las mujeres ecuatoguineanas, que siguen conquistando espacios en el ámbito profesional, cultural y social.
Con su voz, su música y su carisma, Nélida Karr se convirtió en el broche de oro de una noche inolvidable, recordando a todas las presentes que el éxito y la pasión no tienen límites cuando se lucha por los sueños. ¡Brava, Nélida!