Un evento cargado de cultura, emoción y un cierre memorable con el himno nacional en todas las lenguas maternas
El arte, la tradición y el orgullo cultural brillaron con luz propia en la Semana Cultural del Colegio Buen Pastor de Malabo, un evento que durante tres días convirtió a la institución en un escenario vibrante de expresiones artísticas y reivindicación de la identidad ecuatoguineana.
La gran clausura tuvo lugar el pasado viernes 28 de febrero, en una jornada en la que los estudiantes y docentes demostraron que la cultura es un pilar fundamental de la educación. Bajo la dirección de Valentín Kuku Pasialo, la escuela apostó por un enfoque único este año: dar prioridad a las etnias del país y al aprendizaje del himno nacional en las lenguas maternas.
La tarde estuvo llena de emoción con presentaciones teatrales que abordaron temas de gran impacto social, como la violencia machista y las consecuencias del consumo de estupefacientes. Además, los estudiantes deleitaron al público con bailes, narraciones y exposiciones que resaltaban la importancia de la empatía y la comunicación en la convivencia diaria.
Pero sin duda, el momento más especial de la jornada llegó con la participación de la Asociación Artes Guinea, que sorprendió a todos con la entrega de una joya cultural invaluable: la traducción del himno nacional de Guinea Ecuatorial en todas las lenguas maternas del país. No solo se trataba del texto escrito, sino también de grabaciones en audio, permitiendo que el himno pueda ser interpretado y comprendido en las lenguas nativas de diversas etnias como fang, bubi, ndowe, bisio, combe y fa’ dambô.
Con la entrega de estos archivos, el Colegio Buen Pastor se convierte en un referente en la promoción de las lenguas maternas dentro del sistema educativo, integrando este conocimiento en la formación de sus alumnos.
Así, con un cierre cargado de emoción y orgullo, el colegio concluyó su Semana Cultural rindiendo tributo a la diversidad y la esencia de Guinea Ecuatorial, dejando un mensaje claro: la cultura y las lenguas maternas no solo deben recordarse, sino celebrarse y transmitirse de generación en generación.